Una mirada, un gesto, un silencio... Son cosas que pueden hablar mejor que mil palabras.
Cuando un amigo y tu habláis por gestos en una clase, cuando miras a la persona que te gusta o cuando al preguntar si te han mentido se quedan callados.
Una palabra puede doler pero hay miradas que se clavan en tu memoria, recordando lo que esa persona debió de pensar. Gestos que te hacen sentir inferiores. Y silencios que te hacen saber cosas que no querías.
El poder hablar sin tener que hacer uso de la palabra es algo que solo se consigue hacer con las personas que ocupan un lugar importante en tu vida. Es, muchas veces, una comunicación mucho más fuerte que cualquier otra.
Me gustaría, como siempre hago en mis entradas, deciros que pienso sobre esto:
Yo creo que es una manera de hablar que puede doler, mucho, pero también puede hacerte sentir el mejor sentimiento del mundo. La mirada de la persona que te gusta puede hacerte volar y el gesto de alguien que te odia puede hacerte sentir lo peor de este mundo. Pero es que esta manera de hablar es mágica y maldita a la vez. Desde aquí te pido una cosa: Ten cuidado con como utilices los gestos, los silencios y las miradas.
ASTRID
Cuando un amigo y tu habláis por gestos en una clase, cuando miras a la persona que te gusta o cuando al preguntar si te han mentido se quedan callados.
Una palabra puede doler pero hay miradas que se clavan en tu memoria, recordando lo que esa persona debió de pensar. Gestos que te hacen sentir inferiores. Y silencios que te hacen saber cosas que no querías.
El poder hablar sin tener que hacer uso de la palabra es algo que solo se consigue hacer con las personas que ocupan un lugar importante en tu vida. Es, muchas veces, una comunicación mucho más fuerte que cualquier otra.
Me gustaría, como siempre hago en mis entradas, deciros que pienso sobre esto:
Yo creo que es una manera de hablar que puede doler, mucho, pero también puede hacerte sentir el mejor sentimiento del mundo. La mirada de la persona que te gusta puede hacerte volar y el gesto de alguien que te odia puede hacerte sentir lo peor de este mundo. Pero es que esta manera de hablar es mágica y maldita a la vez. Desde aquí te pido una cosa: Ten cuidado con como utilices los gestos, los silencios y las miradas.
ASTRID
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